Este post lo podría escribir perfectamente mi amiga Lorena que desde que le enseñé a hacerlo bien, se ha convertido en toda una experta e incluso sus conquistas la felicitan. Lo más gracioso es que siempre dice que yo le enseñé, porque nadie mejor que un gay para enseñarte.
Pues bien, Patricia me pregunta cómo hacer una comida perfecta...#AhíLoDejo.
Es muy fácil, sólo hace falta mucha práctica.
La mejor manera de hacerlo es de rodillas entre sus piernas, mientras él está sentado en el borde de la cama o en una silla, aunque también puedes recurrir al típico 69. Evita hacerlo en el coche porque no es nada cómodo y como seas un poco miope, te puedes confundir de palanca.
Juega con el escroto. Pasa la lengua por él, acarícialo, y aráñalo (muy suavemente) con los dientes. Con los testículos ten más cuidado (nada de tirones o apretones que son muy sensibles). Cógelos como si quisieras estrangularlos pero delicadamente y no dudes en meterte ambos en la boca y juega con ellos con tu lengua. No olvides jugar también con el perineo y el ano mientras lo haces, porque eso te hará sumar puntos.
Masajea el tronco del pene y llénalo de saliva para que la fricción no sea tan brusca y puedas deslizar mejor tus manos por todo el miembro. No olvides llegar hasta abajo porque la base del pene también es muy sensible. Por esta razón, cuando decidas meterla toda en la boca, no olvides llegar hasta el final, aunque te cueste la vida en ello y parezca que vas a vomitar. Ve despacito y verás como poco a poco tu garganta se va abriendo al placer del juego y podrás ir metiendo cada vez un pedacito más.
No te olvides de estimular el frenillo...¿qué no sabes qué es? Es el trocito de piel que une el glande (la cabeza vulgarmente dicha) con el prepucio (el pellejo), que como bien nos enseñó Martes y Trece no se trata de un emperador japonés. Si ya estás cansada, dedícate a esta zona y en breve darás por terminado tu trabajo porque él se irá rapidito...#AhíLoVuelvoADejar
Succiona y masajea a la vez, no olvides la saliva, y no sólo de arriba a abajo...Ah! y nada de movimientos bruscos, fuertes o enérgicos. Haz giros de muñecas a la vez que subes y baja para proporcionar más placer. Mientras lo haces, juega con el frenillo con tu dedo pulgar, si es que sabes hacer dos cosas a la vez, y ya que estás, acaricia su pecho, muslos y todo lo que sea acariciable.
Pero...¿sabes cuál es el principal truco? Mantener el contacto visual en todo momento y si es lascivo, mejor que mejor.
Y no olvides, como siempre decía tu madre, comértelo todo, todo, todo...
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